Calle 12 n 1782 entre 68 y 69
En la vereda de la casa de calle 12 n 1782 entre 68 y 69 se encuentra la “Baldosa de la Memoria” que marca el sitio donde fueron secuestrados Stella Maris Montesano y Jorge Ogando. El lugar y nos permite reconstruir la historia de vida, reivindicar el compromiso político y recuperar la historia de esta familia y también de tantos militantes populares secuestrados, torturados y desaparecidos por la última dictadura cívico militar.
El 16 de octubre de 1976 una patota del Ejército secuestró a Stella Maris Montesano y Jorge Ogando en su casa de calle 12 n 1782 entre 68 y 69. Vivían en el barrio, frente a la iglesia San Francisco de Asís. Stella Maris estaba cursando un embarazo de 8 meses, era abogada laboralista y Jorge empleado del Banco Provincia. Virginia, la pequeña hija del matrimonio de tres años, quedó en la soledad de aquella casa arrasada.
Por testimonios de sobrevivientes pudo saberse que la pareja paso por el centro clandestino de detención “Pozo de Banfield” lugar en el que Stella dio a luz a un hijo al que llamo Martin al que rápidamente separaron de la madre.
Tras el secuestro y desaparición la hija del matrimonio de tres años, Virginia Ogando se crio con su abuela Delia de Giovanola, madre de Jorge Ogando y suegra de Stella Maris.
Delia de Giovanola había nacido en 1926 en La Plata, se graduó de maestra y empezó a ejercer en 1945 en distintas escuelas; en 1946 se casó con Jorge Narciso Ogando, con quien tuvo su único hijo, Jorge Oscar, en 1947.
En 1963, cuando su hijo tenía quince años y Delia era maestra de grado en la Escuela N.º 11 de calle 12 y 68, falleció su marido tras un cáncer de pulmón.
Paso el tiempo y el hijo de Delia Jorge Oscar Ogando se casó con Stella Maris Montesano, quien había sido alumna particular de Delia cuando era niña. En junio de 1973 tuvieron su primera hija, Virginia. En la madrugada del 16 de octubre de 1976, durante el Proceso de Reorganización Nacional, las Fuerzas Armadas secuestraron a la pareja. Delia se hizo cargo de Virginia, jubilándose al año siguiente para dedicarse a la crianza de su nieta. Stella Maris Montesano se encontraba embarazada de ocho meses de su segundo hijo Martín, que se estima que nació en los primeros días de noviembre.
Tras la desaparición de su hijo y nuera, Delia inicio la desesperada búsqueda, en un principio sola y sin apoyo. A comienzos de 1977 integró el primer grupo de madres y familiares que se comenzaron a reunir en la Plaza de Mayo, que luego fue conocido como Madres de Plaza de Mayo. Dijo sentirse acompañada al ver que eran muchas mujeres en esa situación y que se volvió una necesidad ir a encontrarse con las demás madres. En octubre de 1977 recibió la invitación de Alicia Zubasnabar de De la Cuadra, «Licha», también participante de las rondas de las Madres, para formar un grupo especial de abuelas buscando a sus nietos desaparecidos. Ella y otras once mujeres fundaron entonces la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, destinada a buscar a los nietos que estaban creciendo durante la búsqueda de sus padres.
Giovanola empezó a realizar habeas corpus por su hijo y nuera, pero después comenzó por su nieto nacido en cautiverio. Debido al trabajo de la asociación de informar mundialmente sobre lo sucedido en Argentina y en medio de la ignorancia recibida en el país, Delia recibió prontamente apoyo internacional de cientos de individuos. En Francia, la Fundación ACAT, dedicada a la lucha por los Derechos Humanos, lanzó un programa de madrinazgos a los nietos nacidos en cautiverio durante la dictadura argentina. La madrina asignada a Delia en 1978 para la búsqueda de Martín era François Becuwe, quien escribió cartas reclamando por el nieto de Delia a diferentes personalidades argentinas. Mantuvo correspondencia con Delia hasta fines de los años ochenta. Años después, Delia viajó a Europa y se encontró con la madrina de su nieto, quien se encontraba ciega.
Cuando era niña Virginia acompañaba a Delia en las rondas de las Abuelas alrededor de la Plaza de Mayo y cuando cumplió dieciocho años comenzó a interesarse en la historia de sus padres y a acompañar a su abuela activamente en la búsqueda de Martín. Tuvo dos hijos y trabajó en la secretaria de Derechos Humanos del Banco Provincia. Durante años participó del activismo de Abuelas y de HIJOS, y le escribió cartas a su hermano desaparecido. En el año 2011 se quitó la vida sumida en una depresión.
El 15 de agosto de 2013, a dos años de la desaparición de Virginia y con la presencia de Delia, se colocó en la vereda de la casa de calle 12 n 1782 entre 68 y 69 la “Baldosa de la Memoria” que marca el sitio donde fueron secuestrados Stella Maris Montesano y Jorge Ogando.
El 5 de noviembre de 2015, Abuelas de Plaza de Mayo informo que encontró a Martín, el nieto de Delia. El mismo se había presentado en marzo de 2015 en Abuelas en búsqueda de su identidad. La sangre de Virginia en el Banco Nacional de Datos Genéticos sirvió para cotejar que Martín era nieto de Delia, hermano de Virginia e hijo de Stella Maris y Jorge. Delia falleció en 2022.
Jorge y Stella Maris continúan desaparecidos
El proyecto Baldosas de la Memoria
La iniciativa surge en el año 2005 desde el colectivo de Barrios x Memoria y Justicia, coordinando con distintos organismos, agrupaciones y militantes de los derechos humanos. Constituyen un homenaje a los detenidos-desaparecidos y/o asesinados por el Terrorismo de Estado, antes y durante la última dictadura cívico militar Argentina. A través de ellas se deja una marca, una huella de su paso al señalizar en la vía pública los lugares donde vivieron, estudiaron, trabajaron, militaron o donde fueron secuestrados o asesinados.
Las baldosas vuelven a darle entidad y presencia a los nombres que en ellas se inscriben, materializan su memoria, nos permiten reconstruir las historias de vida y militancia, reivindicar el compromiso político y la lucha de nuestros militantes populares. Trazan un puente entre las distintas generaciones, entre el pasado y el presente, evitando el olvido y fortaleciendo las políticas de Memoria, Verdad y Justicia.