Lidia Sampallo
Nació un 29 de agosto de 1935 en El Dique, hija de Victorino Sampallo y Rosa Rato. Toda su familia materna estaba en Roque Pérez y emigraron allí donde comenzó el ejercicio de la docencia; en breve tiempo conoce a Obdulio Díaz en la localidad de Begueríe quien era trabajador del Ferrocarril Provincial. Un tiempo después, ella retorna a La Plata y Díaz pide un traslado a Etcheverry para estar más cerca de ella. Ya en La Plata siguió ejerciendo como maestra y bibliotecaria en la escuela 58 del barrio Meridiano V, tuvo tres hijos, Sergio, Ramiro y Martin.
En 1973 en conjunto con su marido Obdulio Díaz compra un kiosco de diarios y revistas amarillo apostado en la vereda de la estación del Ferrocarril Provincial de 17 y 71 y lo atiende por casi tres décadas junto a sus hijos. El kiosco -en parte- se transforma en puente, en parada, en librería y en sitio de conversaciones. Era un lujo ser atendido por ella, de una claridad poco frecuente, precisa y motor. Abierta a lo nuevo sin abrir juicio rápidamente.
Cuando en 1977 deja de pasar el tren en la Estación todo el barrio sintió la perdida. Lidia y todos los vecinos fueron viendo como la estación se abandonaba, la falta de mantenimiento y el barrio se venía abajo. Siempre pensó en hacer algo y en 1988 fue la impulsora de las primeras reuniones barriales para recuperar la Estación. Cofundadora de AVEP en 1990 (Asociación de Vecinos de la Estación Provincial) Su cometido era favorecer la construcción de una experiencia cultural que reivindicara el barrio, con todos sus oficios, sus edades y saberes. Unos años atrás había sido parte fundamental de la Asociación Cooperadora de la Escuela N°58 (18 y 71) apenas a una cuadra de su casa. En 1998 aquella asociación derivo en la fundación del Centro Cultural Estación Provincial, ella fue impulsora y promotora de las actividades culturales.
Para la Estación Provincial y el Barrio Meridiano Vº es y ha sido un faro, de esos que dejan la luz encendida aún en las tormentas. Se expande en el recuerdo con una frescura extraordinaria, alimenta visiones de proyectos, anticipa otros que llegaron luego.
Sus hijos la recuerdan en los actos escolares, en la realización de rifas, enfatizando la idea de participación, en los momentos de esfuerzo y felicidad entre muchos. Falleció en 2003. Su hijo Martin Ignacio Díaz es uno de los referentes del Centro Cultural Estación Provincial.